De nuestra visita a Londres traje un montón de fotos, ropitas para mi peque y muchas sensaciones. Lo disfruté muchísimo, y aunque suene raro, me sentí como en casa.
Fuimos de compras, cafés y paseos. Y mi peque comió, desyunó, merendó y cenó, casi cada día en lugares distintos. El sábado salimos a cenar por ahí. Así que mi peque tuvo cena fuera también, y rutina de pijama y a dormir (ese día sin su divertido baño) en Selfridges.
Allí se toman un poco más en serio lo de la lactancia y esas cosas, y parece que están algo más preparados para que las mamis puedan hacer vida normal compatible con ello. En Selfridges, preguntamos por la sala de lactancia a varias azafatas muy monas, altas, esbeltas, simpáticas y de diminutos cerebros que consultaron con sus supervisores qué era eso (!?*+$%&!!!) y dónde estaba. Nos dieron indicaciones: 3ª planta.
Allá fui, sin saber muy bien si me encontraría un retrete con una mesa o la sección de dormitorios infantiles decorados con pañales de diseño… y cual fue mi sorpresa al ver ésto…
Una hilera de sillas mecedoras, limpias y cómodas… Suelos, paredes y otras superficies limpias, lavabo, servilletas de papel, y hasta «sábana de papel» para el cambiador. Y la papelera semi vacía… nada de eau de popó!
Y máquina expendedora de packs de pañal y toallitas húmedas, en diferentes tallas!
Vamos, todo un lujo, sobretodo si lo comparamos con la experiencia del Corte Inglés de Plaza Cataluña (Bcn).
Así que si Selfridges ya tenía muchos puntos en mi ranking, con esto no hace más que subir más aún! Me encanta el sitio, me gusta más que Harrods, como ya he dicho en otras ocasiones, y con éste.