Hace ya más de una año que viviendo y trabajando en Londres (I miss London!!!… por si aún alguien no lo sabe… snif), tuve que ir por razones de trabajo a Kuhtai (Austria) a una reunión. Las reuniones que teníamos nunca eran en destinos cualquiera, ni en hoteles cualquiera, ni comíamos cualquier cosa… que para algo el Señor y la Señora Gates pagaban…
Esta última a la que acudimos (por entonces ya éramos mi «garbancito» y yo) fue en Kühtai. Es un pueblito de Austria diminuto, nacido a partir de una estación de esquí bastante antigua a juzgar por las fotos que había en el hotel. El hotel que era la residencia de los Condes de algo (lo siento, pero ya ha pasado más de un año… y varias mudanzas y otros ajetreos en mi cabeza…) que allí estaban tan agustito.
Para llegar hasta allí cogimos un autobús que nos llevó por carreteritas, cada vez más estrechas y más empinadas y más nevadas y nevando más a cada momento… en ese mismo trayecto, pero a la vuelta vimos esta zona de picnic…
… apetecible… eh? jeje.
Nevaba tantísimo, que no creímos poder llegar a tiempo al vuelo, debíamos de ir a 10 km/h y aún el bus patinaba en algunas curvas…
Y un par de cositas más de Kühtai estos días…